Dra. Isabel 
Barro

Creo que desde que la idea de Bona apareció en la mente de los socios fundadores. Conozco a Enrique desde hace muchos años y siempre hablamos de colaborar, así que cuando empezaron el proyecto no dudé en unirme a ellos.

La endodoncia requiere calma, orden y, por supuesto, habilidad manual. Pero, para mí, lo principal es encontrar el diagnóstico correcto y planificar bien el tratamiento. Es importante dedicarle un tiempo extra a hablar con el paciente, lo que ayudará a encarar el tratamiento con mayor predictibilidad y confianza.

Mi tiempo libre lo dedico en gran parte a mi familia: mis dos hijos, mi marido, un perro, cuatro gatos, seis gallinas, tres pollitos y un gallo no me dejan mucho tiempo para el aburrimiento. Aun así, intento sacar un tiempo para mí y practicar yoga, quedar con mis amigas, dar paseos por el campo con mi perro o leer.

Me gusta trabajar en una clínica en la que siempre intentamos mejorar. Todos estamos en continua formación, con la misma filosofía de trabajo de odontología muy respetuosa con el paciente e incorporando técnicas de resultados comprobados. Esto hace que siempre estemos motivados y nunca nos aburramos con nuestro trabajo. Nos encantan los retos.

Es complicado porque, en general, por mi especialidad no veo demasiadas veces a los pacientes. Sí que hay algunos pacientes a los que he tratado toda la odontología conservadora o que reviso de año en año y con los que me encanta ponerme al día. Los primeros autotrasplantes los recuerdo con mucha emoción y grandes expectativas.

Creo que el equipo tiene una sintonía de trabajo muy buena, siempre con optimismo, y pienso que esto se transmite al paciente, haciendo la experiencia de ir al dentista más agradable.