El sarro consiste básicamente en una calcificación de la placa dental o bacteriana. Por ello, si no se elimina de forma regular, puede acumularse un exceso de sarro que se endurece y se va oscureciendo con el tiempo, pasando de un color blanco a uno amarillento y posteriormente marrón.
Además, puede causar halitosis y caries. Incluso (menos común), puede tener algún papel en el desarrollo de enfermedades cardíacas o cardiovasculares o en problemas digestivos.
Hoy en nuestro post veremos qué es exactamente el sarro dental y cómo evitarlo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es?
El sarro es un cúmulo de placa bacteriana que se ha endurecido sobre los dientes y/o en las encías. La placa bacteriana es una capa muy fina y transparente sobre la cual se depositan las bacterias bucales. Aparece en nuestra boca cuando todavía no hemos empezado a hablar y su formación es inevitable cada vez que ingerimos algún alimento, ya sea sólido o líquido. El sarro es una sustancia más dura y más difícil de eliminar que la placa bacteriana.
Una de las problemáticas que presenta es que, debido al exceso de placa, las bacterias pueden adherirse con mayor facilidad y reproducirse, llegando a crear caries o produciendo enfermedades en las encías. Además, las manchas en el esmalte se absorben con mayor facilidad debido a la superficie porosa, lo que afectará negativamente al blanco de nuestros dientes, por lo que habrá que moderar el consumo de bebidas oscuras y el tabaco.
¿Cómo identificarlo?
Presenta un color amarillento o marrón si la acumulación es excesiva. Llegado a este punto sería conveniente visitar a un especialista de manera urgente para una profilaxis (tratamiento que consiste en la eliminación de las bacterias acumuladas). Destacamos que, si bien puede resultar algo molesto por su posterior sensibilidad dental, en conjunto es una práctica indolora para el paciente.
No solo la salud se ve perjudicada por el sarro, sino también la imagen de uno mismo. Estéticamente nuestra sonrisa dará la impresión de una higiene bucodental descuidada y una sonrisa amarillenta.
Prevención
Lo más importante para evitar el sarro es tener una buena rutina de cepillado después de cada comida y mínimo 2 veces al día, sobre todo, antes de ir a dormir. ¿Cómo conseguirla? Se recomienda masajear la dentadura y las encías con un cepillo de cedras suaves durante unos 2 minutos, insistiendo alrededor de los molares.
Además, el uso del hilo dental proporcionará una limpieza más profunda, llegando a sitios donde la entrada del cepillo se ve limitada.
No se debe descuidar tampoco el raspado lingual, que evitará la acumulación de bacterias.
Para finalizar la rutina, hay unas diversas variedades de colutorios especializados que se pueden incluir al final de cada cepillado.
No obstante, no olvides visitar regularmente a tu dentista y realizar limpiezas bucales rutinarias.